Diario de una gallina sin cabeza: Por qué?

Este diario en realidad es sobre mi experiencia con la depresión y la ansiedad. Los estoy escribiendo porque me costó demasiado darle sentido a lo que estaba pasando, aceptar que la depresión y la ansiedad son una cosa real en mi vida. Eventualmente noté que buena parte de la resistencia (y Dios mío que tenía resistencia) era porque no tenía buena información al respecto.

Los encuentros que he tenido con asuntos de salud mental han sido cortos (nadie quiere hablar al respecto), muchos fueron muy desinformados; han sido encuentros o muy clínicos, medicinales, y fríos o cubiertos de un sentido de vergüenza, culpa y mucho mucho misterio. 

Aunque este diario de fijo está escrito con vergüenza y muchos momentos incómodos espero que la historia sea un poco más cálida y humana. La idea es robarle un poco el poder a esas palabras que dan horror como lo son depresión y ansiedad. Que el diario sea una forma de acercarnos a ellas más cómodos, como en las noches de Netflix y pijamas en la choza. 

Ah sí la gran pregunta, que tiene que ver una gallina sin cabeza? Qué putas? 

En Candelaria de Naranjo, donde crecí, desde que yo me acuerdo mi mamá siempre ha tenido gallinas. En algún momento oí una historia de que si uno se va a comer una gallina (el único motivo para el que se ocupa matar una gallina) y uno va a matar la gallina cortándole la cabeza de un hachazo, aparentemente hay una posibilidad de que cuando uno corta la cabeza el cuerpo de la gallina siga corriendo un rato. Le toma un rato al cuerpo darse cuenta, parar y caerse. Se supone que sigue corriendo como si pudiera escaparse :(. Yo nunca vi eso pasar, pero oí historias tantas veces que es como si fuera una memoria. Por alguna razón me puedo imaginar muy claramente una gallina sin cabeza corriendo por un patio. 

Luego de pensar en varias metáforas para la depresión y ansiedad escogí la gallina sin cabeza porque es lo más cercano a cómo me siento con depresión y ansiedad. 

Mi cabeza está llena de pensamientos TODO EL TIEMPO, no para ni por un segundo. Si son una persona afortunada y no se imaginan de lo que estoy hablando, cuando eso pasa uno está EXHAUSTO. Mi energía se gasta constantemente en pensar en las cosas que tengo que hacer, en las cosas en las que metí la pata, en las conversaciones que voy a tener, en lo que la gente piensa de mí, en lo que la gente va a pensar de mí, en esa vez hace 30 años en la que me equivoqué y pinté fuera de las líneas… es cierto, también tengo pensamientos de gratitud, de amor, de inspiración, etc, pero la gran mayoría de los pensamientos son los que no son bonitos ni productivos. No se me ocurre cómo explicar lo ocupada que está mi cabeza, aún releyendo esta descripción es como si hubiera descrito solo un granito de arena de las cosas que pasan por mi cabeza cuando tengo ansiedad. 

El tener mi cabeza así de ocupada básicamente la despega de mi cuerpo. Mi cuerpo sigue moviéndose, haciendo cosas, pero mi cabeza que está ocupada con todos los pensamientos, no tiene energía para ponerle atención al cuerpo, no se concentra en el momento presente, no se concentra punto. Esa desconexión causa que cualquier cosa que pasa en mi cuerpo no es nutritiva, ni sanadora, como uno quisiera que fuera. Mi cabeza no registra el placer y también ignora el dolor ( de forma no saludable). Mi cabeza simplemente no puede oír a mi cuerpo, y el cuerpo sigue tratando cosas locas para que lo oigan. El cuerpo también está exhausto. 

Tanto mi cabeza como mi cuerpo están tratando de que sigamos hacia adelante. O sea yo tengo mis perros, mi familia, mi brete y un montón de razones para levantarme todos los días, yo sentía que todo a mi alrededor también me decía que no importaba lo que estaba pasando pero que tenía que seguir adelante. 

Eventualmente no se pudo más, un derechazo de la vida que me dejó tirada en el suelo. Como en el caso de la gallina que eventualmente el cuerpo se da cuenta y tanto cabeza como cuerpo terminan tirados en el suelo. Eso me pasó, todo paró. Estaba exhausta todo el tiempo, ya no podía seguir. Por supuesto yo no sabía que era una gallina sin cabeza. 

Por suerte no soy literalmente una gallina y hay formas de restablecer la conexión entre mi cuerpo y mi mente y mi yo, de eso se trata este diario.

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